Ruta "La época de los romanos y su forma de vida"

El Limes, uno de los monumentos arqueológicos más impresionantes y largos de Europa, marca las antiguas fortificaciones fronterizas romanas desde el Rin hasta el Danubio en un total de 550 kilómetros. Con fuertes, torres de vigilancia, murallas y empalizadas, la antigua potencia mundial delimitó su imperio contra los "bárbaros" hace 2.000 años.

La Residencia de Würzburg se considera generalmente como el más puro en estilo y al mismo tiempo el más extraordinario de todos los palacios barrocos alemanes. Construido entre 1720 y 1744 y enmarcado entre 1765 y 1780 con el magnífico Jardín de la Corte, ejemplifica una época gloriosa y una de las cortes principescas más radiantes de Europa.

Sobre siete colinas, en el corazón del paisaje cultural franco, se encuentra la milenaria ciudad episcopal e imperial, también llamada en muchos lugares "Roma franca". Dominada por la catedral imperial, es una obra única y excelentemente conservada de arte urbano entre la Alta Edad Media y el Barroco burgués.

La Ópera de Margravial está considerada una obra maestra de la arquitectura teatral barroca del siglo XVIII. El esplendor del colorido interior del teatro de la ópera tiene un efecto abrumador sobre el visitante. El teatro barroco más bello que se conserva en Europa fue construido por Giuseppe Galli-Bibiena y su hijo Carlo, los arquitectos teatrales más famosos de su época.

Ratisbona, la ciudad de los emperadores y los reyes, ofrece la fantástica imagen de una historia urbana de casi 2.000 años. El centro cuenta con más de 1.500 edificios catalogados; 984 de ellos forman el conjunto "Ciudad Vieja con Stadtamhof", que fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2006.

Ya en 1545, los habitantes de Augsburgo sabían lo importante que era separar estrictamente el agua industrial de la potable. A lo largo de ocho siglos, se creó un sistema de gestión del agua único en el mundo, innovador y sostenible. 530 puentes conectan objetos de tecnología, arqueología industrial y arquitectura digna de ver, incluyendo torres de agua, magníficas fuentes y las obras hidráulicas más antiguas de Europa Central.

Se le puede llamar estilo de vida o forma de vida: ambos son muy importantes en Múnich. No importa si esto se debe al famoso cielo blanco-azulado o a la belleza de la ciudad. En cualquier caso, a los muniqueses siempre les gusta mostrar su mejor cara, ya sea en una cervecería, en uno de los magníficos bulevares o en el estadio del FC Bayern.