Ciudades barrocas: viaje en el tiempo a los siglos XVII y XVIII

Wurzburgo: arquitectura barroca concentrada

Würzburg: Würzburg Residence with its Baroque painted ceilings, UNESCO World Heritage Site ©DZT (Loïc Lagarde)

Espejito, espejito en la pared, ¿dónde se encuentra uno de los castillos barrocos más bonitos del país (del sur)? Respuesta: Rodeado de (más de) siete viñedos en el centro de Wurzburgo. No en vano, a laresidencia del príncipe-obispo también se la llama el "castillo por encima de todos los castillos". No en vano, el conjunto creado por Balthasar Neumann, el arquitecto más famoso del barroco alemán, figura en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. De las 40 salas del palacio que se pueden visitar (¡hay 400 en total!), son especialmente inspiradoras la mundialmente famosa escalera con el mayor fresco jamás pintado (18 por 30 metros), la Iglesia de la Corte, celebrada como "invención espacial pionera", y el Gabinete de Espejos, reconstruido en 1887. También es único el jardín de la corte, con sus arcadas y terrazas ricamente decoradas con putti y esculturas, escalinatas y fuentes, que representan una lograda simbiosis de naturaleza y cultura. Otros hitos de la ciudad estudiantil y vinícola de la Baja Franconia se remontan incluso antes del siglo XVII barroco: por ejemplo, lacatedral de San Kilians de doble torre, una de las más de 60 iglesias de Wurzburgo, la majestuosa fortaleza de Marienberg y el Viejo Puente Mayor a sus pies.

Fulda: ciudad barroca con un toque medieval

Fulda: Mirror Cabinet City Palace ©Tourismus und Kongressmanagement Fulda (Christian Tech)

Originaria de uno de los monasterios más grandes y antiguos de Europa Central, la ciudad hessiana a orillas del Rhön cuenta con monumentos de más de 1.250 años de historia, desde la Torre de las Brujas hasta la iglesia prerrománica de San Miguel. Pero, sin duda, mucho ocurrió en el siglo XVII y aún más en el XVIII, cuando se construyeron o transformaron tantos edificios feudales que Fulda recibe desde entonces el sobrenombre de "ciudad barroca". En el llamado Barrio Barroco, los magníficos edificios más importantes se encuentran muy cerca unos de otros, en primer lugar la magnífica Catedral de San Salvador, construida por la lumbrera arquitectónica Johann Dientzenhofer, y su palacio municipal barroquizado, completo con jardín palaciego, orangerie y la escultura barroca Floravase de casi siete metros de altura. Las lujosas casas adosadas de la Bonifatiusplatz y sus alrededores y los palacios aristocráticos vecinos completan el conjunto. A pocos minutos a pie, el casco antiguo muestra una cara más medieval, gracias a bonitas casas con entramado de madera, agradables callejuelas y restos de una muralla centenaria.

Potsdam: Palacios y jardines dignos de una película

Potsdam: Palace garden of Sanssouci Palace ©DZT (Julia Nimke)

No es que Federico Guillermo I inventara Potsdam; al fin y al cabo, fue mencionada por primera vez más de siete siglos antes y, por tanto, mucho antes que la vecina Berlín. Pero el "rey soldado", y más aún su hijo Federico II, le dieron un lavado de cara barroco sin precedentes que aún caracteriza el paisaje urbano. Hicieron dotar a los edificios de cúpulas, frontones y ornamentos. Además, se rediseñó la plaza del Mercado Viejo, donde más tarde se añadió la iglesia Nikolai. El broche de oro: la enorme ampliación del parque Sanssouci y la inauguración del palacio del mismo nombre. Honores como "Versalles prusiano" u "obra cumbre de la arquitectura rococó alemana" hablan por sí solos. Y el hecho de que el Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO "Palacios y parques de Potsdam y Berlín" se haya ampliado también dos veces. En 2019, toda Potsdam fue ennoblecida como Ciudad del Cine de la UNESCO. Al fin y al cabo, el Estudio Babelsberg, fundado en 1912 como el primer gran estudio cinematográfico del mundo, es uno de los centros de producción de cine y televisión más modernos de Europa.

Dresde: Perla del Barroco

Dresden: Frauenkirche at sunset ©mediaserver.dresden.de (Tomy Heyduck (DML-BY))

Dresde debe su ascenso hasta convertirse en la "Florencia del Elba" sobre todo al príncipe elector sajón Augusto el Fuerte. Este gobernante de larga duración no sólo amaba la pompa, sino también la arquitectura. Ambas cosas juntas dieron lugar a importantes edificios a principios del siglo XVIII. El más importante: el Zwinger, cuyas galerías arqueadas, magníficos pabellones y la puerta de la corona ornamentada en oro no dejan indiferente a nadie, por no hablar de la Pinacoteca de Viejos Maestros que alberga y la mayor colección de porcelana del mundo. Al lado está la Opera Semper, la siguiente atracción de tres estrellas. Al igual que la Frauenkirche (Iglesia de Nuestra Señora), que se encuentra a poca distancia, ha sido magníficamente reconstruida tras los graves daños sufridos durante la noche del bombardeo de Dresde en 1945. Necesitará un coche para visitar el Moritzburg, o un barco para visitar el Palacio Barroco de Pillnitz. De camino hacia allí y más allá en dirección a la Suiza sajona, los huéspedes podrán disfrutar del sonido Dixieland, muy apreciado en Dresde. A veces se puede escuchar música en directo en la terraza Brühl. Por cierto, Augusto el Fuerte también tuvo algo que ver en el "Balcón de Europa". Al menos esa es la leyenda sobre la huella de su pulgar en una barandilla.